Justo-Gorra

La gorra la compré hace veinte años en la plaza mayor de Madrid, acababa de ver la película "El hombre tranquilo" de John Wayne en la tele y salí corriendo a comprar una gorra y a tomar unas Guinness. Desde aquella me acompaña todos los inviernos, es impermeable y da calorcito. Es quizá el objeto al que tengo más cariño