Luis-Corsé

Iba a ser el verano de los 18 años, la mayoría de edad, la independencia, la libertad. 


Y fueron tantas las ganas con las que me bebí la libertad, que me atraganté, y durante ese verano, el otoño siguiente y el invierno que le siguió, estuve atado, encorsetado en esto, noche y día, mes tras mes...odiándolo cada minuto.


Y sin embargo, tanto tiempo después, lo recuerdo con nostalgia, incluso con cariño.


Quizá sea porque después tuve tiempo de sobra de hartarme de libertad.

Quizá porque tenían razón los que me decían que ese día había vuelto a nacer.